lunes, 30 de mayo de 2011

¿Es Aguirre la coartada de Agapito?

Me permitirán, queridos amigos, que sea escéptico. Que no me crea casi nada de la gente que ha perdido la credibilidad. Me parece una buena noticia que Aguirre haya sido renovado pero no me parece suficiente para el nuevo proyecto del Real Zaragoza. Tampoco me gusta que una noticia de ese calado haya sido ofrecida sin mayor lustre y boato, con una referencia breve y concisa un domingo por la mañana en la web oficial del club. Sin declaraciones del técnico mexicano y del presidente, ante los medios de comunicación, con una rotunda declaración de intenciones. ¿De qué se esconde Agapito? ¿Por qué no quiere que hable la estrella de su nueva etapa en el Real Zaragoza?

Insisto en que no me fío del presidente y que cualquier cosa que haga la pongo en cuarentena. Sigo pensando en que está convencido que el Real Zaragoza es él, que el zaragocismo se desprende de su persona y que si él se marchase, todo se vendría abajo. Les suele pasar a los políticos que llevan muchos años en su poltrona y que solamente se dejan aconsejar por quienes le regalan los oídos a cambio de favores y prebendas. No tienen contacto con la realidad y se engañan a sí mismos hasta que la vida les pone en su sitio.

No sé qué piensa hacer, ni cómo afrontar los pagos inminentes, a no ser que siga dilapidando el patrimonio (escaso y cada vez menos iportante) del club. Cada vez queda menos que ofreceren en el mercado y hay que comprar, porque no hay plantilla para comenzar la pretemporada.

Esto es lo que hay, que nadie les engañe. Los milagros ocurren pocas veces y hemos agotado el cupo. Aguirre es nuestro único asidero pero ni el propio entrenador es capaz de repetir una proeza como la del año pasado. No se puede vivir siempre de gestas, de acciones épicas, de batallas heroicas. Consiste en tener un proyecto, en hacer las cosas bien y en rodearse de profesionales que dirijan un club al margen de caprichos y ensoñaciones.