sábado, 30 de abril de 2011

Yo también estuve allí

No hay satisfacción mayor en el fútbol que un triunfo contra pronóstico en un estadio adverso y cuando nadie da un duro por ti. Y si ese triunfo es el estadio Santiago Bernabéu, miel sobre hojuelas. La victoria en el feudo merengue fue brillante, espectacular y merecida, totalmente justa y con un planteamiento táctico y ejecución sobre el terreno de juego incontestable.

Es la cuarta en la historia del zaragocismo y he tenido el honor y la fortuna de estar en las cuatro, de radiar todos los triunfos blanquillos en el viejo Chamartín. Quizás no haya sido tan espectacular como la del 1-5, pero esta tiene muchísimo mérito por la situación, los antecedentes y el momento, de absoluta necesidad para lograr la permanencia en la Primera División.

Mi enhorabuena a Javier Aguirre, fundamental en la reconstrucción de un equipo destrozado hace unos meses y que ha sabido transmitir a los jugadores una energía vital que nos permite seguir luchando por evitar el trauma de un descenso que sería una tragedia. También a la plantilla, que merecen el aplauso por su intensidad y, especialmente a la hinchada blanquilla que tiene fe en una ilusión que ni Agapito ha podido quitarle al zaragocismo.

Y ahora, a jugar el partido más importante del siglo XXI. Con respeto a un adversario complicado y muy difícil, pero con la moral que otorga ganarle al Madrid en su estadio.

martes, 26 de abril de 2011

Nos hemos ganado el derecho a sufrir

Otra victoria agónica al amparo de la afición zaragocista. Tres puntos que se suman con padecimiento y nerviosismo, con los últimos minutos atrincherados en nuestra portería. Pero tres puntos que, al fin y al cabo, son fundamentales para tener esperanzas, una semana más, de eludir el terrible descenso. Los delanteros no marcan y tiene que ser la fortuna quien, esta vez, nos conceda el triunfo. Porque el gol llegó de rebote, cuando Braulio, Sinama, Bertolo o N'Daw tuvieron ocasiones más que suficientes para solventar con garantías el encuentro.

El colista nos puso a prueba y a puto estuvo de conseguir el empate en los últimos minutos. El equipo dio un paso atrás con el 1-0 porque tiene miedo a perder y se refugia en su área porque no quiere cometer errores. Pero se defiende sin contundencia, con más coraje que inteligencia y se juega con fuego porque, cualquier fallo puede significar el suicidio.

No se le puede pedir más a una plantilla mal construída, desequilibrada, sin excesivo talento y con muy poco gol en sus botas. Se trata de un vestuario fuerte, comprometido en la debilidad y con un técnico que ha sabido formar un grupo lo suficientemente valiente como para aguantar las angustias de un final de Liga enloquecido.

El lunes nos ganamos el derecho a sufrir, que significa que estamos vivos y que dependemos de nosotros para no precipitarnos al infierno de Segunda. Nada más. Y nada menos, porque es a lo máximo que se puede aspirar.

martes, 19 de abril de 2011

Días de profunda tristeza

Resulta imposible de todo punto. Jugando bien, jugando mal, con una disposición táctica o con otra, al final siempre mordemos el polvo. Y suele pasar que nos marcan cuando mejor estamos jugando, y que nos pitan penalty en contra después de no señalarnos uno a favor, y que nos enseñan tarjetas a los cinco minutos de empezar el partido poniendo los colegiados el listón muy alto y luego se olvidan de mostrarlas por jugadas muy similares a los contrarios. ¡Qué fácil es pitarle mal a un equipo que es carne de cañón! Y luego los comités se ríen en nuestras narices a la hora de rectificar claros errores arbitrales...

Pero de todo este desastre tiene la culpa el presidente del Real Zaragoza, denunciado por todo el mundo, con una deuda espectacular y con una plantilla tan descompensada como pobre en talento. Es un milagro que aún no estemos descendidos con tan lamentable gestión social, económica y deportiva. La diferencia entre el trabajo del Villarreal los diez últimos años y el desastre del Real Zaragoza en el último lustro queda bien a las claras en la evolución del "submarino amarillo" y el hundimiento del Real Zaragoza, que se aferra a la implicación de su grupo humano y a la actitud irreductile de su afición. Pero ya saben cómo terminan las grandes gestas bélicas: Numancia contra los Romanos, Zaragoza contra las tropas Napoleónicas, Hungría contra la Unión Soviética... héroes muertos y una memoria que honra la valentía pero que castiga la debilidad ante los poderosos.

Estoy cansado, harto, desanimado por tanto sufrimiento. Por luchar para mantener la categoría y por el futuro incierto que se nos avecina incluso con la permanencia. Es injusto que hayamos caído tan bajo por culpa de gente que ni es zaragocista ni entiende es espíritu de nuestro león en el pecho. Y de esta manera, lo normal será que terminemos hundidos en un barro del que intentamos salir tantas veces como la bota del enemigo nos hunde la cabeza en las aguas fecales que desfiguran nuestro rostro arrastrado por los bajos fondos donde hemos terminado sin fuerzas para levantarnos.

Semana de pasión, días de profunda tristeza, a la espera de otra noche heroica contra el colista, que se jugará en la Romareda su última baza para asirse a la esperanza de evitar el descenso.

martes, 12 de abril de 2011

Un paso más hacia la salvación

Quieren putearnos y no saben cómo. Ahora les da por fijar nuestros partidos los lunes a las nueve de la noche. Tres seguidos y dos en casa, pero les ha salido el tiro por la culata. Supongo que perderemos en Villarreal, porque son mejores que nosotros y deben resarcirse de la goleada sufrida en Valencia, aunque igual montan la "puerta del Carmen" y se traen un punto; que sería muy sabroso para acelerar la permanencia. El caso es que el lunes la afición estuvo otra vez genial y la Romareda presentó una fenomenal entrada, con un público implicado desde el comienzo. Y el lunes después de Semana Santa habrá más gente que el sábado a las seis de la tarde, por ejemplo, o sea que si era por fastidiar, que se joroben ellos.

Tampoco es plan los arbitrajes que nos colocan. El de ayer fue lamentable, más por la falta de carácter y criterio de Estrada Fernández que por otra cosa. Un colegiado tan "tierno" no estaba capacitado para pitar un encuentro tan complicado por el entorno. O los del Comité de árbitros no saben, o no pueden. Ya es hora que se democratice y se renueve el arbitraje español, perdido en la noche de los tiempos.

De todas formas, el Real Zaragoza le ganó la partida al Getafe. Y no por los balones arrojados en los últimos minutos del partido al campo, sino por un primer tiempo formidable donde solamente la penalización del único error en la defensa, sirvió para que se marchasen vivos al descanso.

No me gusta que se recurra a determinados gestos que hemos criticado fuera de la Romareda. Pero creo que Aguirre le dio demasiadas vueltas al asunto y no merecía la pena tanto tiempo de la rueda de prensa. Se piden disculpas, que estuvo muy bien, y a otra cosa, mariposa. Excepto que fuera una estrategia para asumir las culpas antes de las acusaciones y desviar la situación mediática a otros aspectos al margen del deportivo. Lo de Ángel Torres, Míchel y parte de la prensa de Getafe era lógico, y nos pusieron de vuelta y media.

Que Agapito tiene que "retratarse", está claro. Tampoco me gusta que vayamos por ahí sin pagar a nadie y perdiendo el crédito de muchos años en este sentido. Pero Angel Torres quiere sacar tajada, bien haciendo que el público azulón tenga otro foco de atención que su gestión misma, bien con la intención que el traspaso de Gabi le salga gratis.

lunes, 4 de abril de 2011

Volvemos con las manos vacías, otra vez

Es el signo de los tiempos que nos toca vivir. Ya pasó en la década de los cincuenta, con la ruina de Torrero y el descenso del Real Zaragoza a Tercera División. Parecía que el mundo se terminaba y que el fútbol desaparecía de la ciudad. Y llegó la construcción de la Romareda y más tarde la venida de "los magníficos", que dieron tanta gloria al zaragocismo. Después llegaría una década con dos descendos a Segunda División, unos años de transición sin lustre y otra vez la Copa en el 86. Y así hasta la Recopa, con quince años de sobresaltos y de pérdida permanente de identidad e importancia en el plano futbolístico nacional.

Ahora estamos en la quiebra económica y con una plantilla que jamás pensamos que íbamos a soportar. Animándoles incluso porque el talento no les da para más, cambiando la exigencia de una crítica Romareda al apoyo incondicional para que consigan una victoria por la heroica (otra más) ante el Getafe. Hace unos años sonaría a broma de mal gusto, pero ahora estamos hundidos hasta el cuello y se trata de sacar la cabeza para tomar aire y seguir desenterrándonos.

En Sevilla se hizo lo que se pudo y no fue suficiente. Se mejoró, dio la impresión el equipo de mayor combatividad y se crearon ocasiones de gol. Pero faltó acierto, algo de suerte y un árbitro más afortunado, demasiadas combinaciones negativas para sumar los tres puntos en el Sánchez Pizjuán donde, al final, en las últimas temporadas salimos goleados.

Habrá que hacer un llamamiento a la afición para que acuda el lunes a las nueve a la Romareda para animar a los jugadores, que ya empiezan a tener muchas dudas sobre la permanencia porque los números no salen y los demás parecen haberse escapado de la quema. Sólo somos cuatro equipos para tres puestos y eso es tan peligroso como estresante para una plantilla blanda y por encima de sus posibilidades.