martes, 28 de diciembre de 2010

Hastío y desilusión

Comenzar el año cansado es lo peor que hay cuando el futuro es tan incierto. La falta de moral, la escasa capacidad de combate, el deseo de abandonarme a mi suerte, recorren mi cuerpo. Harto de luchar tengo la tentación de rendirme y acabar con tanto sufrimiento dejándome llevar por la corriente de hastío y desesperación. Ni un par de días de asueto me han dado fuerzas para continuar. Y lo peor es que la gente ya se ha dado por vencida y asume lo que venga con resignación. Me da la impresión que se va a dejar morir al Real Zaragoza sin que nadie haga nada por evitarlo y que esa desgracia caerá sobre nosotros como una maldición bíblica. Porque esta ciudad sin fútbol terminará desorientada y fuera de los circuitos, olvidada de los medios de comunicación y arrojada fuera de la realidad para siempre. En esta profunda crisis lo peor es perder los valores intangibles y disolverse en la nada, cercenando nuestra capacidad de crecimiento.

Son días difíciles, momentos de abandono, años de profunda decepción. Con un tremendo esfuerzo solamente para sobrevivir, muy lejos de otras situaciones mucho más benévolas y con posibilidades de soñar. Que es el primer paso para realizar nuestros deseos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Empate a nada

La situación de un equipo no puede cambiar de la noche al día. Y la llegada de Aguirre significó la excusa para echar a Gay y aguantar, de la mejor forma posible, hasta la llegada del mercado invernal. Cabía que sonara la flauta por casualidad y que se ganase un partido, lo cual no ha ocurrido, y nos plantamos con una victoria en dieciséis partidos. Unos números tan ridículos como jamás había conseguido el equipo aragonés en cincuenta y ocho años de historia en la Primera División. El empate a nada de Pamplona, sin opciones jamás de ganar, es un claro ejemplo de la impotencia blanquilla.

Ahora hay que esperar a que el mexicano tenga suerte con los contactos abiertos y anime a media docena de amigos y conocidos a que vengan a Zaragoza y le ayuden con el milagro. Unos días que van a ser muy interesantes periodísticamente hablando y que supondrán una segunda oportunidad a un equipo que se ha instalado en el farolillo rojo de la competición y que se encuentra a gusto arrastrándose por los bajos fondos de la Liga.

Mientras tanto, Agapito contempla desde su burbuja la actualidad y disfruta siendo el centro del mundo. Le apetece mucho que vengan con posibles soluciones pero que éstas sean débiles y sin consistencia. Para hacerse de rogar. Y así, encontrar al final una salida digna que le permita marcharse sin mancha después de un funesto mandato que ha dejado hecho añicos a un Real Zaragoza que no sabemos si volverá a ser el que fue.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Una derrota razonable

Ganarle al Real Madrid es una utopía. De hecho solamente le hemos vencido en dieciséis ocasiones en la Romareda en toda la historia. Pero en el pasado siempre hubo ocasión de superarles y la mayor parte de las derrotas más ajustadas que recuerdo, fueron con una descarada ayuda arbitral. En esta ocasión, y aunque Ramírez Dominguez fue un merengón más, estaba claro que el triunfo era imposible. Jamás podríamos habernos llevado este partido porque los blancos son letales arriba y porque, jugando a medio gas, fueron infinitamente superiores al Real Zaragoza. La ilusión duró menos de un cuarto de hora, el tiempo que necesitó el Madrid de crear la primera ocasión de gol. Desde ese momento, "colorín, colorado, este cuento está acabado". Era cuestión de tiempo, de un contragolpe, de una pérdida de balón, de una falta en la frontal del área. En esta ocasión los visitantes se encontraron cómodos con un 0-3 nada más comenzar la segunda parte y dejaron pasar el tiempo.

Aguirre hace lo que puede y cuenta con la seguridad de que va a tener refuerzos en enero. Que igual suela la flauta por casualidad, por estadística, y se gana en Pamplona. Y que después de consiguen cuatro de los seis puntos en juego y estamos ahí, en la frontera de la permanencia. El mexicano sabía que se iba a perder contra el Villarreal y contra el Real Madrid y que luego sería cuestión de intentar ganar a los equipos de nuestra liga. Tiene la seguridad de que Agapito le va a aguantar y conocía la situación a corto plazo.

Pero está claro que Edmilson sobra en este equipo, como Synama y Marco Pérez (Braulio ya fue rechazado antes de empezar la temporada y se lo comieron por no marcharse al Rayo Vallecano). Que falta un lateral izquierdo, un central, un organizador y dos delanteros. Agapito sigue tranquilo, confiado en que tendrá suerte, creyéndose el mesías del zaragocismo. Y la afición aguanta, traga, se resigna...

No hubo goleada histórica y eso nos reconforta. Ya es pena que salgamos de la Romareda sin el abatimiento de la derrota porque no nos han metido ocho goles como hace unas semanas el Barcelona al Almería en el estadio de los Juegos del Mediterráneo. Ya nos conformamos con cualquier cosa, incluso con seguir siendo últimos una semana más.

Qué lastima, lo que fuimos y lo que nos están obligando a ser. Y no hay nadie que resuelva esta situación pese a los cantos de sirena de los últimos días. Pero el movimiento se demuestra andando y todos están quietos en la mata a ver si se menea alguien con criterio para solucionar de verdad esta amargura.

lunes, 6 de diciembre de 2010

La náusea

Provoca vértigo, alucinaciones e incluso cierta sensación de náusea la situación del Real Zaragoza. Últimos después del primer tercio de la Liga, incapaces de ganar a nadie y sin un sentido real del juego que practica. La defensa es un coladero, el centro del campo no existe y la delantera provoca carcajadas incluso a los que están de funeral. Jamás había visto una plantilla peor en los últimos cuarenta años y una situación tan lamentable en el entorno zaragocista. Nos estamos acostumbrando a perder y el dato de ocho victorias en sesenta y cuatro partidos fuera de casa en Primera División es, sencillamente, bochornoso.

Me dicen y me cuentan, incluso con nombres y apellidos, que hay tres movimientos paralelos para intentar comprar el Real Zaragoza y que dos de ellos han hablado entre sí. Pero Agapito no desea vender, se divierte con el club aunque sea el hazmerreír de toda Europa y ve posibilidades de negocio si se mantiene al frente. Y si no se quiere marchar, cualquier iniciativa es loable pero baladí.

No sé en qué derivará todo esto pero hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el mismo Almería se disolvió en 1982 y que hasta siete años después no fue refundado. Y no es el primer club ni será el último que desaparezca. El Club Baloncesto Zaragoza dejó de ser un club de élite y tuvo que abandonar la ACB por problemas económicos tras promesas políticas incumplidas. Y no pasó nada, solamente que se mantuvo el Príncipe Felipe para actividades diferentes a las deportivas en muchos casos.

Me preocupa la imagen, que se pueda descender a Segunda pero, sobre todo, que la sociedad llegue a desaparecer. ¿Nadie va a echar una mano para que esto no ocurra? Lo peor de todo va a ser la lenta y cruel agonía hasta mayo que nos deje sin vida tras una tortura que no nos merecemos los que estamos al margen del club.