domingo, 31 de octubre de 2010

No es suficiente

Por primera vez viví un partido del Real Zaragoza sin verlo, escuchando la radio a través de la aplicación de Aragón Radio en el iphone. Para mi suponía un reto conducir y al mismo tiempo oír lo que pasaba en Mestalla. En primer lugar sentí satisfacción al comprobar el cumplimiento de los protocolos de los componentes de mi equipo y su sobresaliente puesta en antena. A veces es necesario escuchar la radio desde fuera, sin posibilidad de intervenir, para comprobar cómo funcionan realmente las cosas y el guión se ejecutó bajo los parámetros exigidos. Enhorabuena. Por otro lado agradecí la implicación de los futbolistas y su esfuerzo ante el Valencia, hasta hace poco candidato también al título. Pero volvió a suceder lo mismo; una expulsión y un gol en propia puerta nos privaron del éxito.

Se produjo el peor resultado para Agapito; no puede ratificar con solemnidad a Gay y tampoco puede echarlo, sacando de la chistera un nombre que retrase su agonía. Tendremos que esperar a lo que ocurra el próximo domingo para conocer el futuro del banquillo zaragozano.

Mientras tanto estuve en Madrid, en Pozuelo de Alarcón, donde se celebraba la Gala de la Radio, con la entrega de los premios de la Academia de las Artes y de las Ciencias de la Radio, donde estaba nominado por segundo año consecutivo. Resulta imposible hacer frente a las grandes cadenas nacionales, que coparon los premios. Y más si se trata de candidatos tan solventes como Javier Ares que presentaba el Tour de Francia como producto estrella. Nosotros competíamos con la transmisión del CAI - Sant Joseph, el partido que le dio el ascenso al equipo de Abós la temporada pasada en la LEB. El mérito está en la nominación y que la Academia se fije en una joven emisora autonómica de una región tan escasa en población como la nuestra.

García estuvo impecabale, extraordinario, en su discurso una vez recibiera la medalla de oro de los profesionales de la radio. Recién salido de un cáncer demostró que está en condiciones, si quisiera de volver a competir por la hegemonía en las ondas. Desde aquí mi reconocimiento y admiración a un profesional formidable que cambió el signo de la radio y que sus competidores han hecho mejor pese a su retirada porque simplemente le imitaron sin aportar nada nuevo.

Un abrazo, José Mari.

jueves, 28 de octubre de 2010

A veces pasa

El Real Zaragoza acudió pertrechado a Sevilla para experimentar de cara a su desplazamiento a Valencia. Gay tuvo suerte y el Betis, que pese a todo es un club de Segunda División, tuvo el dudoso honor de ser el primer equipo derrotado por los maños. Aún queda el partido de vuelta y aunque la eliminatoria está encarrilada todo puede suceder, pero los blanquillos han roto el maleficio. Aunque no haya sumado tres puntos y siga colista en la tabla.

No va a ser lo mismo el partido de Mestalla. El Valencia, que fue líder, está herido tras la derrota ante el Mallorca y Emery habrá aprendido la lección. Y saldrá con todo para enfrentarse al farolillo rojo, que sigue con problemas en defensa pese a jugar con seis atrás y que apenas tira un par de veces o tres a puerta en cada partido. No conviene cegarse con el resultado del Benito Villamarín; el Real zaragoza jugó tan mal como siempre, pero aprovechó un penalty señalado a favor sin apenas disponer de ocasiones de gol.

De todas formas, el fútbol es tan caprichoso que igual se gana en Valencia y tiene que guardarse encerrado Agapito el nuevo entrenador que ha apalabrado para cuando eche a Gay, en solfa desde que llegó al Zaragoza una fría noche del Bernabéu con una goleada heladora.

sábado, 23 de octubre de 2010

¿Qué esperaban?

La derrota era la única opción que el duelo entre el Real Zaragoza y el FC Barcelona ofrecía. Es cierto que el equipo de Guardiola no está como la temporada pasada y que Villa no ve puerta; es verdad que la diferencia no ha sido tan aplastante como la temporada pasada en el coliseo barcelonista; es posible que el Real Zaragoza ofreciese una mayor resistencia con el cambio de esquema... pero si el equipo catalán hubiera necesitado ganar por una mayor diferencia, lo habría hecho. Con el 0-2, con un jugador menos los maños por la absurda expulsión de Ponzio, el Barça bajó su nivel de juego y dejó pasar el tiempo. No pretendían lucirse ante el colista, ante un club que espera el descenso en la octava jornada de Liga y posiblemente su desaparición. Ganaron los tres puntos con el cansancio acumulado del partido de la Champions y rotaron a su plantilla, con la tranquilidad de ser inmensamente superiores.

La afición sigue indolente y aplaude cuando se hace algo bien y protesta cuando se hace mal. Ya apenas se dirigen al palco y centran sus iras ante el colegiado de turno, mirando al reloj para ver cuando acaba el partido y se van a casa. O a donde sea, porque lo que te apetece es tirarte al río, o dejarte llevar por el alcohol hasta llegar al coma etílico. Es posible que las parejas discutan, que los hijos lleguen más tarde a casa, que nadie quiera hablar durante la cena. Y, meintras tanto, Agapito señalando a la prensa como culpable y Gay, pobrecico, lamiendo la mano que le da de comer y liándose la manta a la cabeza contra los medios de comunicación.

Luego la excusa será el público, que no ayuda, que no anima, que no canta el himno como hace tres temporadas en el último descenso. Entonces aún había plantilla y posibilidades. La temporada anterior la suerte sonrió al Real Zaragoza concediéndole una segunda oportunidad. Que ahora no se ha aprovechado pese a todas las señales, síntomas y pronósticos. No hay peor ciego que quien no quiere ver y Agapito está precipitando a la desaparición al Real Zaragoza. En Málaga, Oviedo, Burgos o Logroño ya saben de esto, pero ninguno de esos clubes tenían el historial o los títulos de éste, que está siendo arrastrado sin pudor cada semana.

lunes, 18 de octubre de 2010

Esto aún no ha terminado

Llevamos un par de meses de competición, siete partidos disputados, y el desencanto ya ha mordido como una bestia voraz a la afición del Real Zaragoza. Y al propio club, que se desmorona como un edificio en ruinas empujado por la pala de la excavadora. Pero nos queda mucho tiempo de sufrimiento, de cólera reprimida, de horror por comprobar cuál es nuestro fondo. Perder en San Mamés es algo lógico dadas las estadísticas, pero regalar el partido me parece lamentable. A los diez minutos ya habíamos encajado el primer gol y a los 20, el segundo. La goleada parecía cantada y la reacción de los blanquillos era nula.

Gay había fracasado en su intento de darle la vuelta al equipo con el regreso al lateral izquierdo de Ponzio, la entrada de Pinter en el centro del campo y la presencia de Braulio por la banda derecha. Y el argentino anduvo perdido por el costado, el húngaro perdió el control y terminó siendo expulsado y el canario vio gol superado el tiempo reglamentado cuando jugó en el área, donde rentabiliza su escasa capacidad anotadora.

Hay que intentar cambiar algo antes de la llegada del Barcelona. Ganarle a los catalanes es una misión imposible y solamente nos queda el recurso de evitar que se encaje una goleada de escándalo que nos hunda todavía más la cabeza en el barro. No quiero ni pensar si marcan seis, ocho o diez goles, algo que no es imposible dada la peligrosidad ofensiva de los azulgrana, las ganas que tienen de hacer algo grande en este comienzo irregular de temporada, y la debilidad de los blanquillos. No sé si el marcador de la Romareda está preparado para los dos dígitos, en la que podría ser la mayor humillación de la historia de la Primera División.

La verdad es que estoy cansado, sin apenas ganas de seguir luchando, sin una luz en el horizonte que me proponga una ilusión a la que agarrarme. Estoy sufriendo la peor experiencia en toda mi vida profesional y me encuentro tan lastimado y dolorido que solamente quiero que termine esta tragedia. Lo malo es que la agonía va a ser lenta, muy lenta, y que la pesadilla no ha hecho sino comenzar.

lunes, 11 de octubre de 2010

Sin perder este fin de semana

Decía este lunes por la mañana, en mi sección diaria de Aragón Radio titulada "Desde el fondo de la red", que el Real Zaragoza me había proporcionado la primera buena noticia del fin de semana porque no había perdido. Claro que tampoco había jugado, lo que no deja en buen lugar a un equipo que solamente escapa del fracaso cuando no juega. La semana ha sido de abrigo para Agapito, que no ha ganado para disgustos, con reveses de un lado y de otro que han hecho todavía un poco más ingrata la situación del equipo aragonés.

El lunes se destapó por parte de algunos medios de comunicación filtrados por el entorno del presidente, que iban a producirse los ceses de los responsables deportivos del club. Esta situación enfadó aún más al máximo accionista que el martes negó los despidos y aprovechó para lanzar un mensaje de apertura a la venta de la sociedad. El miércoles, con tan sólo seiscientos aficionados en la Romareda, llegó el mayor fracaso del trofeo Ciudad de Zaragoza, con derrota -para más INRI- contra la SD Huesca que parece haber tomado el camino de la permanencia desde entonces. Y el jueves, la familia de Carlos Lapetra anunciaban que, o cambiaban mucho las cosas, o pedirían la retirada del nombre del mejor futbolista aragonés de todos los tiempos de un torneo que cada vez tiene menos prestigio y que se disputa sin un mínimo de dignidad.

Ahora consiste en que los técnicos impriman a la plantilla ilusión, capacidad de superación y el suficiente entusiasmo como para ganar el primer partido. El escenario no es el más idóneo, pero alguna vez habrá que ganar y dejar atrás los fantasmas de la temporada pasada, cuyos números en la primera vuelta están incluso fuera de nuestro alcance. Y que un buen resultado anime a una afición que ya ha perdido casi todas las ilusiones en un equipo que se desliza por el sumidero y ante la creencia cada vez más extendida que la única solución es la desaparición para comenzar de nuevo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Una verdad y muchas dudas

Por mucho que uno intente “no hacer leña del árbol caído” es irremediable seguir hablando del presidente del Real Zaragoza pues, con sus declaraciones, parece que lo que busca exactamente es eso… que se hable de el y desgraciadamente no muy bien. Hasta ahora, la prensa en general y colaboradores varios, censurábamos el silencio por parte de Agapito y su junta directiva y una vez que se decide hablar, hubiera sido mejor que su boca permaneciera cerrada, ya que con las declaraciones que ha realizado ha abierto mucho más la herida sangrante de un club que agoniza sin solución. Iremos por partes:

1. “Judicializar” la compra del Real Zaragoza carece de todo sentido. Parece increíble que un hombre de negocios, curtido, con años de grandes beneficios, propietario de varias empresas y conocedor de las leyes comerciales, pueda a estas alturas querer denunciar promesas de palabra que, hasta un niño sabe, que de no estar rubricadas por ambas partes su valor es inexistente.

2. Me ratifico en asegurar, como ya lo hice en el comentario de la pasada semana, que cuando se firma la compra de cualquier tipo de negocio, automáticamente se adquiere toda la responsabilidad sobre el mismo y, todo aquello que no esté plasmado en el mencionado contrato de compra-venta, carece de validez. ¿Acaso tiene Agapito Iglesias firmado algún otro documento relacionado con el Real Zaragoza fuera del contrato de compra-venta que desconozca la afición y que de sacarlo a la luz publica alguien temblaría? Si esto es así, entonces si que es posible “judicializar” la compra, lo contrario no dejaría de ser una bravuconada o una amenaza solapada sin sentido.

3. La única verdad de toda esta desgraciada historia de compra-venta y nefasta gestión es en la que afirma que el precio del Real Zaragoza es de cero euros. Tan cierta es, que hoy por el Real Zaragoza nadie da un euro y menos si tiene que hacerse cargo de una deuda, sin auditar, de 110 millones de euros… 18.302.000.000 de las antiguas pesetas. Se dice pronto la cantidad y cuesta creer que en los tiempos que corren alguien tenga esta liquidez disponible para “jugar” a los negocios y menos aún para desprenderse altruistamente y partir de la ruina mas absoluta en la que hoy se encuentra el club.

4. Si realmente es cierto que Agapito Iglesias compró el club con 60 millones de euros de deuda y hoy está en 110, ¿Qué gestión ha realizado en el tiempo que es propietario del Real Zaragoza para gastar 50 millones de euros, haber pasado por segunda división y encontrarse ahora al borde de la desaparición? El mismo hace su propio autorretrato y demuestra con esta declaración no tener ni puñetera idea de lo que es un club de fútbol y lo fácil que es contratar a “amigos” que han “chupado” de su bolsillo para no aportar absolutamente nada.

5. Hablar de recalificaciones, proyecto del nuevo campo de fútbol, a modo de engaño o falsas promesas, con el ambiente que a día de hoy tenemos en nuestro país, a la afición y a quien escribe le trae recuerdos poco gratos de “negocios menos transparentes” que distan mucho de la compra de un club para hacerlo grande y con expectativas deportivas de gran alcance, en lugar llenar la caja fuerte con “pelotazos” que nada tiene que ver con el deporte.

6. Solicita el presidente, que se le deje trabajar en paz. En paz, trabajamos en todas las empresas y solamente existe guerra cuando el máximo responsable despilfarra sin conocimiento y públicamente su dinero y el patrimonio del club que preside. La paz se obtiene cuando las gestiones se realizan bien y cuando tus directivos y representantes hablan y gestionan con coherencia. De lo contrario, la prensa, simplemente expone, escribe y habla por lo que ve. Lo que hoy vemos todos, prensa y afición, es vulgaridad, ruina, nula gestión y a un máximo responsable que, con sus declaraciones, quiere “morir matando”.

7. No es cierto que nadie haya querido comprar el Real Zaragoza. El Real Zaragoza pudo ser comprado, pero la cantidad solicitada por parte de la S.A.D fue abusiva y totalmente fuera de mercado y de la realidad financiera, patrimonial y deportiva del club.

8. Existen ayudas más importantes que las del “vil metal” y esas se denominan de gestión y colaboración por personas que han demostrado su capacidad en los años de historia de este club, pero Agapito las ha rechazado y ha confiado en técnicos y personajes que desconocían la realidad de este histórico Real Zaragoza. Esas personas a las que me refiero no son ni zaragozanos ni aragoneses y difícilmente pueden conocer como palpita esta tierra nuestra que se llama Aragón.

9. Querer ahora responsabilizar a técnicos y demás personas de la situación actual, es, cuando menos, impropio de un empresario pues antes de fichar o contratar los servicios de un profesional, debería de haber analizado mucho mejor su currículum.

Doloroso, sin duda, es comprar la mayoría de las acciones de una S.A.D y ver cómo se devalúan día a día. También duele ver como tu proyecto alcanza una deuda impresionante, pero es mejor una retirada a tiempo, perdiendo parte de tu capital, que arruinarte por no querer dar paso a quien podría salvar a este club de una agonía tan cierta como la deuda que arrastra.

Como comprenderán los lectores de esta columna, existen argumentos suficientes como para escribir un libro tan gordo y “divertido” como el de “Petete”. Quiero decir con esto que la historia, desgraciadamente, continuará y este artículo es simplemente un capitulo de los muchos que faltan por escribir. Así lo quiere Agapito Iglesias.

El máximo responsable del Real Zaragoza ha demostrado, con sus declaraciones, que quiere que se siga hablando de él para bien o para mal, pero lo aconsejable sería que el accionista mayoritario del club, de una vez por todas, hiciera lo que tiene que hacer. Que judicialice, demande o diga toda la verdad, pero que lo haga lo más urgente posible pues, de lo contrario, cuando lo quiera hacer, nuestro Real Zaragoza, el de todos, no solo el del señor Iglesias, estará muerto y enterrado.

sábado, 2 de octubre de 2010

No le ganamos a nadie

Resulta patético observar la entrega de los futbolistas hasta caerse de culo sobre el césped, completamente fundidos. Hacen lo que pueden, más incluso de lo que sus fuerzas aguabtan, y no les ganan a nadie. El arranque de la temporada es lamentable, con solamente tres puntos antes de jugar contra los grandes. El desastre es peor incluso que el de la temporada pasada, cuando hacíamos el ridículo visitando los estadios de los grandes. Pero ahora, hasta el Sporting es capaz de ponernos en evidencia; pudo golearnos después del 0-2 y solamente su soberbia permitió que nos acercásemos en el marcador hasta forzar las tablas.

He dejado de sufrir. Ya no siento dolor ni vergüenza, pero tampoco me apetece acudir a la Romareda. Y mucho menos viajar, pensando en que esta temporada puedan hacernos más de diez goles, hundiéndonos en el fango hasta ahogarnos y morir entre nuestros propios vómitos. Temo el ridículo, el ensañamiento de los adversarios, el horror de batir récords humillantes, el descuartizamiento del zaragocismo y hasta su posible desaparición.

Es tan injusto como grosero que esto termine de esta manera. Y que el Real Zaragoza se arrastre dando lástima, llorando su desgracia y sin más esperanza que termine el dolor con una muerte rápida. Algo, que a estas alturas de la temporada, es imposible.