lunes, 9 de mayo de 2011

Abonados al sufrimiento y a la desolación

No estoy sorprendido por la derrota porque la estadística no nos favorecía. Veníamos de hacer una hombrada en Madrid, habíamos ganado cuatro partidos consecutivos en casa y recibíamos al peor adversario posible. Vencer tres partidos seguidos y rozar la permanencia era demasiado hermoso para que se volviera realidad y la pesadilla convirtió en una tragedia un sueño que se prometía muy feliz.

No debemos engañarnos porque la plantilla es corta, está desequilibrada y falta gol. Eso ocurría la comenzar la Liga y pasa ahora, por lo que no es de extrañar que suframos como perros y que nuestras opciones de permanencia sean escasas. La buena noticia es que hoy no estamos en posición de descenso y hoy todavía tenemos posibilidades de salvarnos. La mala noticia es todo lo demás y que el resto de los combatientes por el tercer puesto para el descenso, saben jugar mejor que nosotros en estos barros.

La verdad es que Aguirre se vio superado por Mendilíbar y los jugadores no estuvieron a la altura de las circunstancias. Y que se mereció la derrota porque las ocasiones hay que marcarlas. Esta vez no hubo incidencias arbitrales que nos perjudicasen ni ambientes hostiles que nos desestabilizaran. Si no son capaces de ganar con el clima que se vivió ayer el la Romareda, apaga y vámonos. Todos hicimos nuestros deberes menos el equipo, fundido y acabado en la segunda parte. Derrotado y sin fe, apabullado por el contragolpe navarro.

Ahora habrá que ganar dos de los tres partidos que faltan. Y no creo que la Real Sociedad nos vaya a regalar nada. Venimos de donde venimos y podemos terminar donde no se merece la afición, pero sí los responsables administrativos y deportivos de este club. Tendrán que hacer bien los deberes lo pupilos de Aguirre y el propio técnico para no dejarse llevar por el pesimismo y acudir rendidos a Anoeta.

Ya está bien de finales, de agonías, de sufrimientos. Esto no hay dios que lo soporte. Y que ahora no nos vengan con milongas de otro "partido histórico", de otra "gran final". El crédito se ha terminado y serán ellos mismos los que salven su cabeza sin pedir nada a una afición injustamente tratada y harta de tanta mediocridad, vulgaridad y tontería.