domingo, 30 de agosto de 2009

Un deseado alivio

La primera victoria del Real Zaragoza en la Romareda llega como un deseado alivio para la afición en un momento complicado por culpa de la falta de elementos en la zaga blanquilla. Ganar era imprescindible porque se trataba de la primera jornada de Liga, el rival era sobre el papel asequible y el efecto para los asistentes al estadio municipal importantísimo después de una pretemporada llena de sobresaltos.

Al final la realidad ofreció lo que se esperaba: el Real Zaragoza de la zona medular hacia arriba es un equipo apañado y con velocidad, no exento de peligro individual y que cumplió las expectativas. Y aunque Laguardia hizo un buen papel, su rendimiento máximo lo alcanzará cuando juegue de central; lo mismo ocurrió con Ponzio, que se volcó en el costado izquierdo pero alcanzó un nivel extraordinario en el centro del campo cuando jugó en su sitio.

Me gustó la implicación de los jugadores y sus ansias de victoria, del mismo modo que la apariencia de bloque ofrecida al final del encuentro cuando todos juntos permanecieron sobre el terreno de juego para aplaudir a una afición que se entregó en el debut liguero.

También, que el talento ayude a conseguir los triunfos: la entrada de Ander Herrera fue providencial y sirvió para desatascar el partido con un pase lleno de intención e inteligencia.

Ahora solamente resta que el cuetrpo técnico termine de cumplir con su obligación y consiga los res fichajes necesarios para dotar de un potencial suficiente a la plantilla.