Pero tampoco me gusta la falta de circulación en el centro del campo. Se pierde muy pronto la posesión del balón, falta un líder con criterio que controle el juego del equipo. Colocar a Herrera en la banda izquierda es un lujo difícilmente permisible y queda claro que Abel Aguilar y Ponzio son muy parecidos...
Para colmo, la sociedad Uche/Ewerthon chirría. Mientras el nigeriano ha resuelto casi todas sus participaciones con goles, el brasileño ha dejado de sonreír y no encuentra el gol. No hay química entre ambos y la solución de Arizmendi no parece apropiada para un ataque de Primera División. Vamos, que siguen faltando dos laterales, un central y un delantero, como hace quince días.
Supongo que Poschner lo verá tan claro como Marcelino y apostará por resolver un problema que puede convertirse en crónico si no toma decisiones y asume con urgencia sus responsabilidades, aunque eso suponga que alguno de los colaboradores que tendrá que aguantar, quede en entredicho.