domingo, 1 de noviembre de 2009

No es ni para "tirar cohetes", ni darse a la bebida

Ganar esta tarde en la Romareda era obligado. Había que hacer todo lo posible para sumar los tres puntos ante un adversario que va a estar luchando con nosotros para eludir el descenso. Como otros seis equipos, en una Liga donde solamente dos cantan mientras otros dos tocan las palmas. Por eso, hay que darle mérito al triunfo, pero no pensar en que la crisis ha acabado. Estamos a treinta y cinco puntos de la salvación y solamente llevamos once de veintisiete posibles, con solamente tres victorias, las tres en casa y contra adversarios asequibles.

Vamos, que ganarle al Almería del "macho" Hugo Sánchez está muy bien, pero no es ni para "tirar cohetes", ni para darse a la bebida. Los errores defensivos continúan convulsionando la zaga blanquilla, el centro del campo es insuficiente en la contención y en la creación de juego, y arriba marcamos goles, pero las pasamos canutas.

Es verdad que han mejorado algunos jugadores, como es el caso de Pulido, y que Lafita se ha convertido en la auténtica estrella del Real Zaragoza. Pero la fragilidad de Pennant es preocupante y seguimos sin puntas de referencia. Menos mal que en este equipo marcan casi todos, pero no podemos basar nuestro potencial ofensivo en las jugadas de estrategia, solamente en ellas.

Ahora solamente resta comenzar a puntuar fuera, a ofrecer una imagen diferente a la exhibida en Sevilla y Barcelona, y con mayor contundencia que en Madrid y Gijón. Es fundamental hacer algo más que esperar a la fortuna en Mestalla, salir a ver qué pasa y que el partido termine cuanto antes sin encajar una goleada.

La victoria de hoy es solamente el primer paso. Pero solamente eso, una tregua en una batalla que va a ser muy larga.