domingo, 20 de diciembre de 2009

Humillado, avergonzado y rendido

El Real Zaragoza atraviesa su peor momento de la historia en las últimas cincuenta temporadas. Excepto en los oscuros años donde se llegó a descender a Tercera División, el club no ofrecía una imagen tan lamentable y deshonrosa como la de esta campaña, donde la impresión que ofrece es la de un equipo humillado, avergonzado y rendido.

Me duele pero no me sorprende, porque ya expresé hace tiempo mis dudas sobre la construcción de la plantilla y el cariz que tomaba la cúpula del poder zaragocista. Peor no se pueden hacer las cosas, especialmente intentar competir en Primera División con un equipo de Segunda. Las desavenencias entre Marcelino y Agapito las ha pagado el técnico con su salida, que es lo que mejor le podía haber pasado, pero también el club que está mucho más endeudado y con un problema que parece insoluble. Si esto sigue así, estaremos en Segunda en febrero y de allí podríamos pasar a la desaparición engullidos por las deudas.

Da la impresión que el deterioro es de tal magnitud, que parece imposible superar de ninguna manera esta crisis. La fractura social es irreconciliable y lo que puede ocurrir en la Romareda con las derrotas que están por venir, fácil de entender aunque no me gusta en absoluto que la crispación se adueñe en las gradas y en los aledaños del estadio municipal.

Lo peor es que este desastre no ha terminado y tiene pinta de ser cada vez peor. Que el real Madrid te meta seis goles es jodido, pero mucho más que dé la impresión que no han querido hacer sangre del peor rival que ha pisado el Bernabéu esta temporada, según los propios periodistas de la capital de España.

¿Qué excusa pondrán Agapito, Bandrés, Poschner y Prieto? Es cierto que el accionista mayoritario no puede dimitir pero, los demás, tendrían que tomar las de Villadiego. Y el propio Iglesias plantearse que su tiempo ha terminado y que debería vender, por la misma cantidad que las compró, las acciones del Real Zaragoza. Aunque se haya duplicado la deuda, exterminado el patrimonio deportivo y aniquilado a una afición que no debe perdonar lo que está pasando en estos tres últimos años.