viernes, 25 de diciembre de 2009

Otro ridículo más

La capacidad de gestión económica, deportiva y social de los dirigentes del Real Zaragoza ha quedado en entredicho a lo largo de los últimos meses. Y su aptitud para alimentar la ilusión de los aficionados resulta todavía peor. Venden que Bernd Schuster podría ser el nuevo técnico, en un intento desesperado de tener protagonismo mediático. Después de admitir la imposibilidad económica de contratar al ex técnico del Real Madrid (algo que todos ya sabíamos), desearon darle un toque regional al futuro más inmediato del club e intentar la contratación de Víctor Muñoz.

Pero, después de varios movimientos de aproximación y distanciamiento, el zaragozano tampoco se fía del club y le dice "no" a Agapito. Fuentes próximas al entrenador indican que había solicitado una importante cantidad por adelantado y el resto del contrato avalado por una entidad bancaria. Y que el contrato no fuera solamente hasta el final de esta temporada, sino que se ampliase a otra más en caso de ascenso. Además, Víctor quería ser el responsable de la salida y entrada de jugadores de cara al comienzo de 2010.

Pero no hay liquidez y las relaciones con los Bancos y las Cajas no pasan por su mejor momento. Y tampoco se deseaba que Muñoz tuviera más poder que Poschner, para que no ocurriese lo mismo que con Víctor Fernández y Marcelino, contratados a golpe de talonario y que después perdieron la confianza del máximo accionista.

Y lo peor de todo es que la práctica totalidad de los medios aplaudía la llegada del técnico aragonés, lo que daba consistencia y credibilidad al proyecto que iba a ser tomado en cuenta a través de la prensa y con mucha paciencia.

Ahora, un formidable ex futbolista del Real Zaragoza y que ha realizado una gran temporada al frente del filial, está con la obligación de afrontar un reto casi imposible. Otro ridículo más del grupo directivo que ha tenido a Gay dentro y fuera del club como si fuera un pelele y que ya le arrojaron a los pies de los caballos en el partido disputado en el Bernabéu y donde toda España vio las miserias de un club en caída libre hacia el desastre.