martes, 26 de abril de 2011

Nos hemos ganado el derecho a sufrir

Otra victoria agónica al amparo de la afición zaragocista. Tres puntos que se suman con padecimiento y nerviosismo, con los últimos minutos atrincherados en nuestra portería. Pero tres puntos que, al fin y al cabo, son fundamentales para tener esperanzas, una semana más, de eludir el terrible descenso. Los delanteros no marcan y tiene que ser la fortuna quien, esta vez, nos conceda el triunfo. Porque el gol llegó de rebote, cuando Braulio, Sinama, Bertolo o N'Daw tuvieron ocasiones más que suficientes para solventar con garantías el encuentro.

El colista nos puso a prueba y a puto estuvo de conseguir el empate en los últimos minutos. El equipo dio un paso atrás con el 1-0 porque tiene miedo a perder y se refugia en su área porque no quiere cometer errores. Pero se defiende sin contundencia, con más coraje que inteligencia y se juega con fuego porque, cualquier fallo puede significar el suicidio.

No se le puede pedir más a una plantilla mal construída, desequilibrada, sin excesivo talento y con muy poco gol en sus botas. Se trata de un vestuario fuerte, comprometido en la debilidad y con un técnico que ha sabido formar un grupo lo suficientemente valiente como para aguantar las angustias de un final de Liga enloquecido.

El lunes nos ganamos el derecho a sufrir, que significa que estamos vivos y que dependemos de nosotros para no precipitarnos al infierno de Segunda. Nada más. Y nada menos, porque es a lo máximo que se puede aspirar.