La pretemporada del Real Zaragoza llegó a su fin el sábado en Balaídos y no me ha provocado ninguna sensación diferente a la esperada. Un equipo todavía por hacer, con un par de futbolistas que faltan para darle mayor entidad al grupo y mucho de lo que vimos en la segunda vuelta de la temporada pasada.
Se echa de menos un delantero centro que marque goles, que los fabrique si es necesario. Un rematador nato, que aproveche el contragolpe y los centros por ambas bandas. Alguien que fije a los centrales y que permita el juego vertical de Bertolo, Marco Pérez, Ander Herrera y Lafita. Pero al "lince" le faltan todavía unas semanas para estar a punto y ser el jugador veloz, resolutivo y con chispa que ha sido. Y su recuperación no se puede forzar.
Es fundamental también un defensa que pueda suplir las seguras ausencias de Jarosik, Contini y Diogo. Ponzio es una solución de emergencia porque en el fútbol actual los laterales tienen que sumarse al ataque y saber cubrir, en los casos de contragolpe, las carencias o pérdidas de posición de los centrales.
Omito añadir la presencia de un mediocentro, porque no creo que esté en la lista de preferencias de la dirección deportiva del club, pero solamente con el citado Ponzio, Gabi y Edmilson, la zona de creación-contención, está bastante desguarnecida.
Gay sabe a lo que juega y conoce tanto el paño que tiene en el arca, como la mercancía de otros diez o doce clubes de nuestra Liga. Es un año más veterano y no tiene problemas en la plantilla ni de comunicación con el club. Y eso es positivo.
Espero que aguantar hasta un minuto antes del cierre del mercado de verano le proporcione al Real Zaragoza el resultado que espera y sus empleados sepan aguantar la puja y hacerse con los servicios de futbolistas imprescindibles para apuntalar, sin sobresaltos, la permanencia.