La imagen del Real Zaragoza durante esta pretemporada es mucho mejor que la sufrida hace ahora un año y existen síntomas para pensar en clave positiva. El equipo de Aurelio Gay es competitivo, aguerrido y plantea un sistema definido de juego. La seguridad defensiva será similar a la de la segunda vuelta con Jarosik, Mateo y Obradovic y jugadores como Kevin, Marco y Bertolo parecen haberse acoplado con éxito a la plantilla.
Pero los aciertos en las cesiones o contar con un canterano de calidad no deben hacerle bajar la guardia a Agapito. Una cosa es luchar por no descender y otra muy distinta, luchar por consolidarse con garantías en la Primera División.
Falta un defensa que pueda jugar por ambos lados e incluso como central, ya que la presencia de los dos veteranos zagueros actuales no será permanente, por las posibles lesiones y las seguras sanciones. En el centro del campo falta un distribuidor de juego, porque con Edmilson, Gaby y Ponzio no es suficiente. Y arriba, falta un delantero de referencia. Un "nueve" de verdad, que aproveche la inteligencia de Ander, la velocidad de Marco Pérez y la bravura de Nicolás Bertolo.
Solamente así, una plantilla reducida y con carencias se verá compensada para jugar a algo más que al contragolpe y a sufrir por ser mejores que los diez peores de la tabla.
Falta la guinda, Agapito. Presiona a Prieto y a Herrera para que adornen el pastel con dos o tres futbolistas que nos den más solvencia y credibilidad a dos semanas del comienzo de la Liga.