domingo, 3 de enero de 2010

Desgraciadamente, la actitud no es suficiente

José Aurelio Gay debe estar sumido en una profunda depresión. Tiene un equipo que no llega a la altura de las circunstancias para la permanencia, un cuerpo técnico que arropa al presidente-máximo accionista sin la credibilidad de la afición y trece puntos en el casillero.

La actitud no es suficiente, debe exigírsele a una plantilla profesional multimillonaria como punto de partido fundamental para el éxito. Que corran más, que se involucren en su propio estadio ante el zaragocismo, es algo que no puede cubrir las múltiples carencias del Real Zaragoza.

Agapito no cumplió su palabra al decir ante las peñas y un reducido puñado de periodistas que hacen de palmeros del dueño del Real Zaragoza, que traería refuerzos antes del partido frente al Deportivo. Fue incapaz de fichar a Víctor Muñoz y se desembarazó de su consejo de administración, cuyos miembros intentaron hasta el final que el sentido cumún prevaleciera en el club.

Ahora ya todo el mundo se ha quitado la careta. Y que cada palo aguante su vela porque ya no están Marcelino o Bandrés. No ha cambiado nada en este Real Zaragoza de Agapito, Poschner, Prieto y Herrera porque el anterior técnico ya no pintaba nada en el organigrama, el presidente apenas tenía más funciones que aguantar las protestas del público y el resto del consejo ya estaba harto de tragar sin que su voz se escuchase en el salón de actos del edificio donde se instalan las oficinas del club.

Hacen falta fichajes que corrijan el desastre de planificación, que doten de calidad al peor equipo de los últimos cincuenta años y que le salven de un descenso que, por ahora, es el final a una desastre de organización deportiva solamente comparable al fracaso económico de la sociedad.

Por eso, la actitud profesional sobre el terreno de juego es valorable, interesante, pero insuficiente. O se fichan cuatro futbolistas de nivel, o no hay nada que hacer más que seguir con el ridículo y la vergüenza de esta primera vuelta que todavía no ha concluido.