domingo, 10 de enero de 2010

No hay signos de reacción

Se termina la primera vuelta y los números horrorizan al más optimista. Todos los movimientos de Agapito han terminado en un punto de nueve posibles, el cese de Marcelino, el abandono del presidente y el consejo de administración, la cesión de Eliseu y Suazo y otra derrota más fuera de casa. Nada hace pensar que el equipo de Gay sea capaz de levantar la cabeza; no hay signos de reacción y el equipo se hunde en el fango con unas estadísticas que invitan solamente a la resignación. Seguimos sin ganarle a nadie, perdiendo contra cualquiera y encajando goles de verbena. Porque los encajados en Cornellá-El Prat fueron otra vez ridículos, propios de un equipo de regional, regalos increíbles para un equipo que ya nos saca seis puntos. Sin jugar tampoco al fútbol ni ser más que nosotros, que es bien poco. Y menos el Tenerife y el Xerez, el único equipo peor que el nuestro, todos los demás reaccionan y dan señales de vida. Con empates, victorias, goles... algo que solamente se ve de cuando en cuando y, como ocurriese en el campo del Español, fuera en propia puerta.

Lo he dicho varias veces y lo vuelvo a repetir: este Real Zaragoza es el peor de los últimos cincuenta años, el más vulgar, el que tiene menos entidad y personalidad. Y prepárense para lo peor cuando los negros nubarrones de los números rojos sean todavía más inapelables y golpeen el bolsillo de los jugadores, a los que les ronda la mosca detrás de la oreja con los pagarés con los que les han pagado los últimos meses de ficha.