jueves, 3 de marzo de 2011

Otra noche de abrazos espontáneos

Cuando Llorente marcó el gol del Athletic de Bilbao a los 18 minutos de la primera parte, muchos creímos que la suerte ya estaba echada. Como siempre, después de un comienzo fugaz de intenciones ofensivas del Real Zaragoza, el primer error defensivo era castigado con un gol en contra. La Romareda enmudeció y el cierzo se ensañó con una afición que recibía el impacto (del viento y del gol en contra), en toda la cara. Pero todo cambió con la salida rápida y eléctrica del equipo aragonés que marcó dos goles en los diez primeros minutos de la reanudación y le dio la vuelta al luminoso. Primero fue Jarosik, que necesitó de dos remates para conseguir el primer tanto, y después Uche cuyo golazo fue celebrado como si de una fiesta se tratara. Merecida la diana del nigeriano que suma un golpe de moral muy importante para su recuperación y un aldabonazo para los seguidores blanquillos que ya tienen su refuerzo en el mercado de invierno. Ikechuku está muy lejos de su mejor forma y le costará varias semanas ponerse en plena forma, pero tiene formas, maneras y hechuras que le conceden un mejor posicionamiento como delantero en un equipo carente de ellos.

El paso ha sido muy pequeño pero necesario. La diferencia entre seguir vivos y haber muerto. No se engañenen, todos los partidos que restan en la Romareda van a ser muy parecidos, slgunos se decantarán a favor de los zaragocistas y otros en contra. La agonía, la lucha, el dramatismo hasta el último minuto estará presente sobre el césped. Por eso es tan importante que la afición esté con el equipo, animando sin parar, como el miércoles por la noche. Porque, con el vacío de poder que existe en el club y su caminar hacia ningún sitio, la unión entre la grada y la plantilla es fundamental. El único enganche posible a la permanencia. Para que luego vengan algunos y digan que esto es un negocio, que los abonados ya tienen bastante con pagar menos que los aficionados que saquen su entrada cada quince días.

La movilización popular es necesaria en estos momentos, aprovechar las iniciativas puestas en marcha por diferentes colectivos y grupos zaragocistas me parecen muy importantes. De ahí que el sábado 12 de marzo, la concentración promovida por el Movimiento Avispa tenga buena pinta; no sólo para que Agapito se de cuenta de una vez que la afición no le quiere, sino que los poderes públicos y privados de esta ciudad y de esta Comunidad se enteren que no pueden cerrar los ojos o mirar hacia otro lado cuando el Real Zaragoza puede desaparecer. Ellos serán también responsables de que eso ocurra y la ciudadanía no perdona. Que lo sepan.