domingo, 28 de febrero de 2010

Este es el camino

Me sorprendió muy gratamente la actuación del Real Zaragoza en el Coliseum Alfonso Pérez. No las tenía todas conmigo después del fracaso de la semana pasada y no esperaba, en honor a la verdad, la positiva reacción de los jugadores sobre el terreno de juego. Esta vez el equipo salió mentalizado al campo y no desaprovechó sus ocasiones de gol, con una velocidad y una capacidad combinativa apenas mostrada desde el comienzo de la Liga. Todos fueron solidarios y, con las líneas muy juntas, no dejaron huecos por donde surgiera el talento de los hombres de Míchel.

Además, emergió bajo los palos un joven futbolista que demostró sus posibilidades y cuya actuación fue crucial para mantener la portería a cero. Aunque empezó nervioso, para todo tenía el chaval, el primer balón que sacó del ángulo de manera espectacular fue suficiente para asentarle en el partido y crecerse hasta convertir su meta en un rectángulo inexpugnable. Roberto se ganó la continuidad y tiene el domingo un partido muy complicado, contra el Atlético de Madrid, donde la presión por los ojos que se van a centrar en su actuación, va a ser un aliciente más para coprobar su madurez.

Tampoco era sencillo para Suazo, que estaba sacudido por la impresión del terrible terremoto en su país. No es fácil levantarse con una noticia tan alarmante y luego salir concentrado a un partido donde te juegas gran parte de la permanencia para convertirte en el goleador de tu equipo. El "chupete" demostró su profesionalidad y dio un ejemplo que han valorado en su justa medida los miles de seguidores del Real Zaragoza.

Por último, merece también la pena la actutud de la hinchada blanquilla. Otro desplazamiento con una actitud entregada, con un sentimiento de cercanía y de aliento que es muy importante para eludir un descenso que aún se mantiene como una opción a estas alturas de la temporada. Escuchar esos ánimos desde la grada, el himno que envolvía las gradas del Coliseum, favorece mucho el talante de los jugadores. Ellos saben que la gente está ahí, a su lado, y eso también ayuda a la hora de sacar lo mejor de uno mismo en el césped.